Nutrición en verano
Uno de los pilares fundamentales para llevar una alimentación energética y saludable es fluir con los cambios de la naturaleza, con las estaciones, con el clima, observar lo que ocurre a nuestro alrededor y adaptarse, es alimentarse según las leyes naturales.
El verano es pura expansión, es el resultado del trabajo de todo el año y se refleja en la naturaleza … Para adaptarnos al entorno debemos hacer algunos cambios en nuestra alimentación y estilo de vida.
Es momento de expansión también para nosotros, vacaciones, calor, amigos, vida social, playa, excursiones, nos levantamos mas tarde, nos acostamos mas tarde, momentos de distensión y cambios en nuestra rutina. Después de un invierno de calma y quietud, llega la primavera donde comenzamos a abrirnos y salir del letargo para en verano culminar. El verano es la época de máximo crecimiento, de exuberancia, colorido y variedad. Marca la culminación del crecimiento producido en la primavera, que se expresa en el florecimiento y maduración de los frutos.
Así pues debemos cambiar nuestro modo de alimentarnos, seguiremos con nuestros cereales integrales,verduras, proteínas vegetales, algas, semillas etc, pero adaptándonos a la estación
Según la macro los órganos más activos son el intestino delgado y el corazón, a los que hay que prestar más atención. El 90% de los nutrientes se absorben en el intestino delgado por ello debemos mantenerlo limpio y flexible: evitar o reducir harinas, quesos, mantequillas y cosas pegajosas.
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A modo de resumen en verano:
- Cereales: maíz, espelta, kamut, quinoa, arroz largo, basmati, boulgur, polenta
- Legumbres; alubias rojas, soja verde, tofu…
- Fruta: sandía, melón, melocotón, fresones, albaricoques…
- Algas: nori, wakame, dulce y agar_agar
- Verduras: el sabor predominante es el amargo, por ello alcachofas, apio, rúcula, endivias, escarola, acelga, cebollino, kale, lechuga,…
- Sésamo, semillas
- Infusiones: manzanilla amarga, kukicha, malta de cebada
Deberíamos reducir los tiempos de cocción, cocinar con menos aceite, evitar harinas y horneados, más escaldados, vapor, prensados, salteados corto, ensaladas… Por ejemplo no es muy adecuado comer un estofado de legumbres como en otras estaciones, seria mucho mas lógico comer legumbres en ensalada, tibias,… con alimentos mas frescos, un estofado de azukis con zanahoria y calabaza es ideal en invierno y un ceviche de azukis en verano. Lo mismo con los cereales, hay algunos mas adecuados en invierno y otros en climas mas cálidos según su cualidad energética y el efecto en el organismo es completamente diferente: la Quinoa perfecta para el verano nos aporta frescura, apertura y expansión.
Adaptarse y conocer el impacto de los alimentos y sus diferentes cocciones es una gran sabiduría, la macrobiotica te aporta un conocimiento pleno, ponte en contacto conmigo si quieres saber mas o necesitas una consulta nutricional donde te podre orientar y adaptar la nutrición a ti según tu condición y constitución.
Pero en verano debemos ser precavidos y tener cuidado, estar muy atentos a nuestro cuerpo y las señales que nos envía. Tendemos a los extremos, bebidas muy frías con hielo, exceso de fruta fría, exceso de ensaladas y crudos, alcohol, azúcar, helados, lácteos… corremos el riesgo de enfriar demasiado nuestro organismo, con unas consecuencias indeseadas que normalmente se reflejan en otoño e invierno: debilidad renal, debilidad digestiva, sistema inmunitario bajo, aumento de resfriados, infecciones, virus, bacterias, problemas digestivos, y un largo etc.
Por ello hay que disfrutar del verano y la flexibilidad pero con atención y consciencia plena de nuestro cuerpo.
Estupendo artículo, gracias.
Gracias a ti!!